El arbitraje en Karate: una visión personal

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Hace años que no arbitro. Cuando lo hacía era solo a nivel autonómico, pero fue una experiencia muy interesante, y aprendí mucho. Aunque lo cierto es que siempre me quedaba la sensación de que seguramente no había sido justo en muchos casos. A veces nos olvidamos de lo complicado que es el arbitraje. ¡Arbitrar es muy difícil! Por eso, entre otras cosas, dejé de hacerlo. Pero hoy, no sé porqué, mis pensamientos me han dirigido hacia la competición, los árbitros, los reglamentos… y he decidido plasmar esas ideas en este articulo. Es una visión del arbitraje en el seno de la WKF visto desde fuera, pero con la experiencia de haber estado dentro. Y se refiere al karate en particular, pero estoy seguro de que en algunos puntos no será diferente de otras artes marciales y deportes.

Presento a continuación varios factores que, en mi opinión, condicionan el arbitraje. En unos casos los catalogaría de positivos, en otros son claramente negativos, y algunos… simplemente no sé si son buenos o malos.

1. La buena voluntad o los intereses personales

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A pesar de sus intereses, un árbitro debe ser justo

Se presupone que un arbitro tiene buena voluntad, y que su interés es aplicar con justicia el reglamento. Pero esto se daría en un mundo ideal, y el que vivimos hoy dista mucho de serlo ¿verdad? Pues en el arbitraje hay de todo. El árbitro normalmente es también practicante, maestro, entrenador, y pertenece a un club y a una federación. ¡Claro que tiene intereses! Pero debería poner por encima de estos la necesidad de una competición justa. Sinceramente, pienso que es así en la mayoría de los casos, pero…un arbitraje interesado puede estropear todos los demás. Probablemente no sea algo generalizado. Probablemente sea la excepción, pero… los árbitros imparciales son sin duda como las meigas: haberlos haylos.

2. Las influencias externas

También es evidente que en un campeonato suele haber presiones externas. Y nunca son positivas. Nadie va a venir a decirte: «tiene que ganar éste, o éste otro». Pero sí sabes cuando arbitras que puede haber muchos ojos influyentes puestos en ti y en el resultado del encuentro que estás arbitrando. Incluso a veces, alguien te pide explicaciones, o directamente te dice que te has equivocado, se producen protestas, críticas…. Esto no debería condicionar para nada las decisiones que se toman, o al menos un buen árbitro debería saber convivir con esto. Pero no todo el mundo reacciona igual, y a veces…  Desde aquí vamos a aprovechar para hacer una petición: ¡dejen arbitrar a los árbitros!

En ocasiones, esa influencia no proviene de presiones, sino del prestigio de cierto deportista, de su club-autonomía-país de origen, y a niveles más bajos, simplemente de su aspecto físico (aspecto físico, longitud del karategi, cinturones bordados…). El buen árbitro sabe en qué debe fijarse, qué tiene que valorar, más allá de todo lo que pueda envolver a un deportista. Pero el mal árbitro tiende a dar ganador a quién ya conoce por haber obtenido buenos resultados anteriormente o al que tiene «pinta» de ser mejor. Y esto nos lleva directamente al siguiente punto.

3. Falta de formación no deportiva

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¿Técnica puntuable?

Aquí podríamos referirnos a este discutido debate de si el karate es un arte marcial o un deporte. Siempre he defendido que puede ser las dos cosas, aunque cada vez me parece más difícil. El problema está en que el mundo deportivo cada vez requiere una mayor especialización, dejando de lado lo demás. Y creo que está creciendo una generación de árbitros que solamente ha conocido el karate en su faceta competitiva, y adolece de muchas carencias en lo que a las bases marciales se refiere. La estética, y no los fundamentos técnicos, empiezan a ser el criterio principal.

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No debemos olvidar que la base del karate deportivo es el karate ttradicional

El reglamento dice, por ejemplo, que «el kata debe guardar los valores y principios tradicionales» o que debe tener «conformidad en el estilo». ¿Cuántos árbitros jóvenes conocen los principios del karate tradicional? ¿Cuántos conocen de verdad estilos diferentes al suyo? La falta de conocimiento profundo del karate propicia que los criterios de valoración estén devirtuados. A veces una decisión arbitral puede resumirse en un «me ha gustado más», sin entran a valorar asentamiento, kime, respiración, recorrido…

Y lo mismo sucede en kumite. No siempre se exigen los criterios de puntuación  que marca la reglamentación: buena forma, zanshin, distancia correcta… El punto está cada vez más devaluado.

4. El competidor va siempre por delante

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Rafael Aghayev proyectando de forma poco ortodoxa a su rival Luigi Busa

Un gran técnico me decía una vez que un buen competidor tiene que conocer el reglamento y saber sacarle partido. Y tiene razón. Las normas del juego tienen que ser importantes para el que juega. En su día, se puso de moda el golpeo con haito uchi y surgió una gran polémica en torno a si era una técnica permitida por el reglamento o no, por ser de mano abierta. Esto creó cierta incertidumbre en el mundo arbitral, hasta que se aclaró la norma con un cambio en la redacción del reglamento. Lo mismo ha ocurrido en los últimos tiempos con los agarres y el clinch, llevados al límite de la norma por grandes competidores como Rafael Aghayev, que han sido imitados poniéndoselo muy difícil a los jueces y árbitros, hasta el punto de que ahora solamente se permite el agarre con una mano.

5. La constante adaptación del reglamento

En parte, estas adaptaciones se han ido produciendo como respuesta, como hemos visto, a las situaciones que se han dado en los campeonatos. Pero en general, la permanente revisión del reglamento que viene realizándose en los últimos años tiene dos objetivos fundamentales:

  • Uno de ellos era (y es) lograr una mayor espectacularidad de cara a los Juegos Olímpicos. Para ello se han cambiado muchísimas cosas, desde los tipos de puntuación de kumite, los colores de las protecciones, la inclusión de los bunkai en kata… a la reciente incoporación de Senshu (que otorga la victoria en caso de empate al contendiente que macó primero, fomentando así la actividad desde el inicio del combate). Todo esto está destinado a hacer el karate deportivo más vistoso y comprensible por parte del espectador.
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    En principio, cuántos más árbitros mejor, siempre que no baje el nivel general

    El otro es la objetivización (vaya palabreja). Se tiende a que la toma de decisiones por parte del panel arbitral tenga cada vez menos lugar a la interpretación. Si las cosas son blancas o negras, todo el mundo lo tendrá claro y difícilmente pueda ser discutido. También se ha buscado un mayor reparto de la responsabilidad con el aumento del número de jueces. Cuatro ojos ven más que dos, y ocho o diez, todavía más. Aunque si el aumento de árbitros baja el nivel… ¿sería preferible que arbitrasen solo los mejores?

A pesar de que pueda acertarse más o menos con aspectos concretos del reglamento, creo que esta dirección es positiva, siempre y cuando se mantengan los cánones tradicionales del karate. Y es cierto que, aunque sea de forma testimonial, las reglas los tienen presentes. Otra cosa es su aplicación…

6. La especialización arbitral

Cuando se celebraron las primeras competiciones de karate, obviamente los maestros más importantes ejercían la función de árbitros. No había una distinción. Pero hoy en día, la labor arbitral exige una especialización. La dificultad en la aplicación del reglamento hace que no pueda arbitrar cualquiera porque, como ya hemos dicho ¡es muy difícil!. Pienso que esto ha sido en muchos casos bien entendido, y hay muchos karatekas que se han especializado en el arbitraje, que conocen bien el reglamento y dedican mucho tiempo a estudiar las nuevas reglas que van surgiendo, comentan con compañeros las acciones producidas en los torneos o incluso videos de otros campeonatos, etc… En general, los árbitros se toman en serio su labor. Es cierto que algunos han llegado a un grado de especialización tal que ya solo pisan el tatami para arbitrar. Pero si su criterio no se ha alejado de la auténtica práctica, no me parece mal.

Tal vez el problema en este sentido es que los árbitros están un poco solos. La formación que reciben antes de empezar a desarrollar su labor es insuficiente, y tampoco hay mecanismos para una formación continua, sobre todo a nivel local y autonómico. El aprendizaje se hace en los campeonatos, con el perjuicio que esto conlleva. Hasta que un árbitro adquiere la experiencia suficiente ¿cuántos errores habrá cometido en la competición?

7. Unificación de criterios: ¿la asignatura pendiente?

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La aplicación de penalizaciones por contacto es una de las cuestiones en las que hay disparidad de criterio

Si la formación debe ser el caballo de batalla cuando hablamos de árbitros noveles, la unificación de criterios es para mí el punto clave cuando de trata de árbitros más experimentados. Javier Hernandez, gran campeón de Kata y ex-seleccionador nacional, nos contaba en un curso que dependiendo de si se celebraba un Campeonato del Mundo o de Europa, un karateka shotokan tendría más o menos posibilidades, porque en uno de los torneos habría más árbitros de ese estilo que en otro. Y todos hemos asistido a competiciones en las que el más leve contacto era penalizado, mientras que en otras se permitía un impacto considerable. Eso por no hablar de estas mismas diferencias entre tatamis en un mismo evento. Ya hemos dicho que la tendencia actual es a eliminar la interpretación arbitral, pero esto es muy complicado, y más en kata. Por eso, la uniformidad de criterios es absolutamente necesaria para asegurar que las decisiones que se toman son justas. Ahora bien ¿cómo se consigue esto?

 

Seguramente queden muchas cosas en el tintero, pero tal y como yo entiendo el arbitraje, creo que estos son los aspectos más importantes de una labor arbitral casi siempre incomprendida. Por mi parte, entono el mea culpa y hago propósito de enmienda, y trataré de ser más comprensivo con los árbitros en el futuro. ¿Y tú?

Juan Antonio García Ruiz
www.karatekidokan.com

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4 comentarios en “El arbitraje en Karate: una visión personal

  1. Coincido plenamente con Ud Sensei, en que falta coincidir criterios pero tambien mas capacitacion y si fuera permanente al menos despues de cada participacion Arbitral y hacer los seguimientos viendo los fallos y otros seria excelente, ya que esto se da a veces antes de de cada torneo y nada mas y hasta la proxima y lo mejor es la mayor continidua o participacion, esa seria mi modesta opinion. Tambien soy Arbitro Panamericano en mi Pais FPK 4to Dan

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  2. Que interesante entrada! A mí me gustaría ser árbitro de competiciones de karate (kata y kumite) pero no encuentro información al respecto sobre cómo serlo, ¿me podrías indicar sobre qué tengo que hacer para serlo? Muchas gracias de antemano.

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  3. Interesante articulo ,donde se pone de manifiesto la dificultad de un arbitraje.
    Para mi particularmente el nuevo reglamento priva a los competidores mas bajitos (con la misma categoría de peso) entrar a barre o proyectar con las dos manos, lo que deja en clara ventaja al otro competidor con mayor envergadura.Recordemos que en el bunkai de competición de katas es unas de las acciones más bonitas.
    En cuanto al famoso punto de oro, si antes veíamos a los competidores correr por el tatami con un punto a favor , ahora hemos doblado el numero de corredores.

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